Blog en deconstrucción

RA

RA
No queremos excluir de la arquitectura todo lo que sea inquietante.
Nosotros queremos UNA arquitectura que tenga más.
UNA Arquitectura que sangre, que agote, que gire y que incluso se rompa.
Una arquitectura que ilumine, que incite, que explote y que llore.
La arquitectura tiene que ser como una garganta entre los montes, fogosa, lisa, dura, angulosa, brutal, redonda, tierna, colorida, obscena, soñadora,
Viva o muerta.
Si es fría, entonces, fría como un bloque de hielo.  Si es caliente, entonces, tan caliente como una lengua de fuego. La arquitectura debe arder.
Wolf D. Prix
Manifiesto de los arquitectosWolf D. Prix y Helmut Swiczinsky, del estudio CoopHimelblau fundado en Viena en 1968.

... Wolf D. Prix y Helmut Swiczinsky, austriaco y polaco respectivamente, fundaron a finales de los sesenta en Viena Coop Himmelblau (el paréntesis lo añadirían en el año 90). Desde un principio tuvieron claro que arquitectura y performance iban de la mano. En aquellos años donde el happening y living art formaban parte de la cultura más alternativa, Coop Himmelb(l)au no andaban muy lejos de todo ello. Como Archigram en el Reino Unido, Prix y Swiczinsky estaban obsesionados con las naves espaciales, con el viaje a la luna, con 2001: odisea en el espacio. Para Prix, “en la época del estallido del rock y del pop… no era interesante saber cómo se construía hace doscientos años, sino cómo se estaban construyendo los cascos espaciales”. Sus proyectos, técnicamente irrealizables, se hallaban más cerca de la instalación que de la propia arquitectura ...

... Después de más de cuarenta años, la tenacidad de Coop Himmelb(l)au ha conseguido que su estilo mutante se asiente y se haga mainstream; que su revolución deconstructivista sea aceptada por el gran público. Según Prix, “la arquitectura ha empezado a sustituir poco a poco a las artes plásticas en su papel de aguijón provocador en la carne de la sociedad”; una sentencia de la que el estudio siempre ha hecho bandera y que explica la línea vehemente de sus trabajos. Sea como sea, a estas alturas, sus nuevas propuestas más que conmocionar, sorprenden e incluso satisfacen, pero ya no tienen ese furor combativo. Su discurso arquitectónico ha sido asimilado y resulta políticamente correcto. Tal vez no se equivocaran quienes los definieron como los Rolling Stones de la arquitectura. Llegaron, noquearon y triunfaron. Se pelearon con el sistema, impusieron sus criterios y ahora el sistema se llama Coop Himmelb(l)au.

fragmento extraido de un artículo publicado en ROOM, fuente: https://www.roomdiseno.com/coop-himmelblau/

No hay comentarios:

Publicar un comentario